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Que se escuche al pueblo antes de reformar.
El ex presidente de la Comisión Estatal de Elecciones Juan R. Melecio advirtió ayer que en el presente proceso para una reforma electoral está en juego la legitimidad de los partidos políticos y de la propia democracia puertorriqueña.
Abogó por que se le dé real participación y se escuche a la ciudadanía y previno que no hay modelos perfectos ni ideales para un sistema electoral. Sostuvo que hay que adoptar soluciones "políticamente viables" y "técnicamente practicables".
"Aquí está en juego la legitimidad de los partidos y posiblemente la legitimidad de la democracia puertorriqueña. La idea de una reforma, como se está planeando, tiene sus antecedentes y todos los conocemos. Y la participación de los partidos políticos en todo este asunto, a través de los años, pues también es conocida por los puertorriqueños", declaró Melecio.
El ex presidente de la CEE indicó que aún desconoce cuáles son las propuestas que presentará la gobernadora Sila M. Calderón a la Legislatura, por lo que no quiso adelantar recomendaciones.
Afirmó, sin embargo, que la ciudadanía percibe gran-des defectos que hay que corregir, "tanto para bien de los partidos como para bien de la democracia". Señaló que "cuando se habla que se desvían fondos públicos para financiar gestiones políticas, eso ciertamente, además de inmoral, es ilegal y es lesivo al interés de los partidos políticos y lesivo a Puerto Rico". Entre los asuntos que hay que atender mencionó el "bregar con los inversionistas políticos, con el papel que pueden jugar las compañías de publicidad que rinden servicios al Gobierno, el desvío de fondos directos e indirectos y los procesos de subasta".
Sobre su recomendación para que se le reconozca una mayor participación a la ciudadanía en este debate, explicó que "los partidos tienen rango constitucional y son importantes en nuestra democracia. Tienen una gran responsabilidad y tienen que descargar esa responsabilidad con la mayor seriedad para beneficio de ellos y para beneficio de todos nosotros. Pero un asunto como éste, tal y como está planteado en estos momentos, debe trascender el ámbito de los partidos políticos".
Subrayó que "la ciudadanía tiene que ser escuchada. Y no solamente escuchada pro forma, sino en espíritu y en verdad, hacerle caso a lo que dice la gente".
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